El da siguiente de la Dibona, amanecimos con unos cuerpos que no eran nuestros. El dolor de piernecitas era especialmente intenso...Sacamos las bicicletas y nos dimos un paseo desde Des tages hasta La Berarde, o sea, tres minutos escasos de ida y otros tantos de vuelta...All compramos un par de guas en una tienda, y nos pusimos a pensar en qu bamos a hacer al da siguiente.
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