Antes de que mis ojos captaran por vez primera su silueta espigada y eterna su mente ya se había colado, como un cachorrillo en el regazo de su madre, en mi cabecita repleta de aventuras deseosas de ser vividas en el mundo de las montañas. Sus propios sueños tampoco diferían en exceso de los míos, aunque mis aventuras plasmadas en esas paredes verticales que me llevan hacia esa paz interior que tanto deseo, contaban con el honor de ser afluente importante en su río de pasión hacía nuevas actividades en paredes también verticales. Nos conocimos en un encuentro de atletas de Arcteryx que tuvo lugar este noviembre pasado en Eslovenia. Nos dimos un abrazo. Sentí su energía inocente pero turbulenta. Sentí su cariño sincero. Sentí su admiración respetuosa, verdadera y emotiva. Lo abrace más fuerte aun queriéndole expresar mi gratitud, respeto. Rikar, emocionado también lo abrazo como cuando uno se encuentra con un viejo amigo de infancia al que la distancia en el tiempo no ha hecho más que afianzar ... seguir leyendo »