La cascada final, con dos saltos consecutivos de 50 m cada uno separados por una piscina en medio, resulta espectacular. Cuando llegas a ella y el cañón se abre, la vista sobre el valle es magnífica, un marco altamente estético, con el agua cayendo por la vertical hacia la enorme marmita que se ha formado en el escalón intermedio y que llama de forma ineludible al chapuzón.
Barranco interesante, deportivo y con nivel, con un par de tobogones que quitan el hipo y algún salto digno de mención. La nota negativa es el aporte contaminante que, creo yo, ha mejorado últimamente. De hecho, cuando hicimos las fotos parecía mínimo, quizás debido también al mayor caudal del río. De todas formas, el aporte se deja notar, aunque solo sea por el aspecto de la badina donde tiene lugar. En comparación con los demás barrancos próximos, la calidad del agua en general no es la misma. Pero aquí tenemos algunos pueblos por encima.
Descenso de referencia en la zona, muy recomendable. En el primer rápel ... seguir leyendo »
Este año las condiciones de nieve son muy buenas, de momento. Por lo tanto, las aprovecharemos mientras podamos.
A los que nos gusta el esquí solemos buscar la posibilidad de realizar algunos descensos por nieve no tratada, mucho más gratificantes que deslizarnos por la capa de nieve comprimida, plana y absolutamente homogénea que nos encontramos en la mayoría de pistas actualmente. Esquiar en una pista aporta fundamentalmente el emocionante juego de no atropellar y no ser atropellado. Esquiar por laderas no preparadas es otra historia. A pesar de todo, estas fotos están realizadas en una de las pocas pistas en las que puedes disfrutar de la nieve en estado casi original.
El Consusa es un barranco especial. Es una sucesión contínua de cascadas encajonadas, rodeadas de un ambiente impresionante y único. Recorrido muy deportivo, absolutamente vertical, que acaba abriéndose sobre el cañón de Escuaín con un gran rápel volado en un circo espectacular.
Es un barranco que, o baja seco, con un par de marmitas trampa, una de ellas con una profundidad superior a los cinco metros y paredes lisas, o baja con un caudal potente y brioso, sin lugar casi para los términos medios.
Aún cuando los movimientos de agua no son de importancia, la fuerza que lleva por el elevado potencial, el barranco desciende 350 m en poco más de medio kilómetro, puede suponer un riesgo. Por suerte, en el rápel de la cueva hay un sumidero que absorbe buena parte del caudal y lo evita en el tramo final, un meandro bastante encajonado.
Es el digno hermano, quizás menor, de otro barranco paralelo y aún más espectacular, pero de acceso actualmente prohibido por estar incluido en el parque ... seguir leyendo »
En el cañón de Añisclo, la cueva de Aso es una sencilla travesía muy visitada por las empresas de 'aventura'. El recorrido acaba en el barranco de Viandico, cerca de la surgencia. La temperatura del agua del Viandico es, sin lugar a dudas, muy refrescante. Quizás una de las más frías que se pueden encontrar en los barrancos pirenaicos.
En la primera reunión de la vía Cerdà-Felicià, que sube por una ancha fisura en la pared norte del Pollegó inferior del Pedraforca, se abre la boca de la cavidad. La vía, A2 y V, no es demasiado frecuentada. La cavidad, tampoco. La aproximación no es precisamente un paseo.
Cuando nos vestimos para la ocasión, con los coloridos monos de PVC, alguno de los numerosos montañeros que inician el descenso de la tartera nos mira con cara de extrañeza. Más aún cuando iniciamos el ascenso de la citada vía.
Los viejos clavos que en teoría aseguran la primera reunión, sirven también para instalar nuestras cuerdas. Al colgarnos, flexan de forma poco tranquilizadora. Unos metros más abajo clavamos un par de spits para evitar roces y darnos más seguridad. El material debe ser el mismo que cuando se debió abrir la vía, seguro.
Las paredes de la cavidad están recubiertas de mondmilch, una pasta blanquecina y acuosa de carbonato cálcico en estado puré. La presencia del mondmilch le confiere ... seguir leyendo »
El río subterráneo ha excavado una bonita galería en un terreno de margas y areniscas, rocas sedimentarias detríticas y carbonatadas.
El recorrido es habitualmente interesante, aunque el nivel de las aguas a causa de las últimas lluvias lo hacen más entretenido aún.
Hacer fotos en este medio no es fácil porque las paredes absorben la luz. Además, la gran humedad ambiental crea muchos reflejos que estropean las fotografías. A pesar de todo, algo se ha podido conseguir.
Dos posibilidades de acceso, un rápel de 90 o uno de 30 totalmente aéreo nos permiten acceder a una sala de grandes dimensiones y con cinco continuaciones diferentes, alguna de ellas bastante fotogénica. Esta cavidad, ubicada también en el Montsec, es muy similar a la anterior.