Villefranche de Conflent es un pequeño y atractivo pueblo amurallado del Pirineo oriental, ubicado en la confluencia de los ríos Tet y Cadí, y privilegiado desde el punto de vista de la espeleología. Cada una de las tres montañas que lo rodean alberga una red subterránea diferente, En Gorner, Lachambre y Canaletes. Las tres, espectaculares. De las dos primeras ya había colgado algunas fotos. Ahora voy a por la tercera.
Canaletes es un sistema complejo, el más grande los tres, con diversas entradas. Consta de dos niveles diferentes, con 21 y 5.5 km de desarrollo respectivamente, en total, 26.5 km explorados y topografiados de galerías. Es la única de las tres que tiene una pequeña parte habilitada para la visita turística.
Si entramos por Gran Canaletes, una pasarela metálica nos facilita el acceso a la Sala d’Angkor. Sorprende pensar cómo se ha podido montar semejante tinglado sin haber roto las numerosas formaciones. La obra artificial también ayuda a conservar su integridad. ... seguir leyendo »
En las cavernas también hay perlas. Se denominan así por su similitud con la perlas que crecen en las ostras. Similitud tanto externa, la apariencia, como interna, el proceso de crecimiento.
Su formación es debida a dos factores diferentes que interactúan entre sí, por un lado la acumulación concéntrica de capas de calcita alrededor de un núcleo por un proceso de cristalización, y por otro la erosión que sufren las perlas por el movimiento repetitivo. El núcleo bien puede ser un grano de arena u otro material más duro. Esta acumulación se produce en pequeños gours, pequeñas concavidades con agua donde un goteo persistente genera la turbulencia necesaria para que la perla vaya creciendo y vaya moviéndose o girando sobre sí misma. Estos gours se convierten así en los nidos donde las perlas crecen, como si fueran los huevos de un ave.
Las pisolitas pueden tener una forma más o menos regular, entre esféricas o poliédricas, en función del movimiento que puedan haber tenido durante su crecimiento. ... seguir leyendo »
Me levanto. Está nublado. Hace frío. Cae aguanieve. Un día fantástico para dar un garbeo en bici. Pues nada, dicho y hecho. Me visto de romano y salgo raudo al monte.
Subo un poco y el aguanieve se convierte en pequeñas bolas de nieve helada que van cayendo tenuemente. Así no cuajará. No es nada frecuente que nieve en la serralada litoral, pero cuando lo hace es divertido deslizarte con la bici por los caminos y trialeras blanqueadas. La primera cuesta, 400 m de desnivel, sirve para entrar en calor. Desde arriba las nubes no dejan ver nada. En días claros la vista alcanza las montañas del Ripollès, Bastiments, Puigmal, La Molina.
Me encuentro con unos colegas habituales, pero me dicen que tienen mucho frío y que se dan media vuelta, en fín, parecen domingueros… Sigo mi itinerario, coincidiendo con algún otro conocido, también solitario.
Llegando al Turó d’en Galzeràn decido darle un rodeo, primero por la cornisa disfrutando de la perspectiva sobre la playa, y después por el interior, ... seguir leyendo »
Las fotos que cuelgo aquí de forma habitual las suelo realizar con una cámara compacta y un flash esclavo. Cuando vas a visitar una cavidad un poco compleja no tienes demasiado tiempo como para entretenerte jugando con los flashes. Más aún si la visita se hace para explorar. Además, el material necesario para las verticales ya ocupa y pesa lo suyo, y una cámara réflex implica arrastrar un bulto considerable, por lo tanto tiendes a ser minimalista.
Pero las compactas son muy limitadas y no dan buenos resultados. Sin comparación con cualquier cámara réflex, por sencilla que sea. Por esto, a veces vale la pena llevarla para conseguir mejores imágenes.
Esta vez, aprovechando que mi hijo quería hacer ejercicio con los jumars, me lo llevé a hacer unas cuantas fotos en una pequeña parte del Avenc de l’Esquerrà. Así que cargados con la réflex y varios flashes, más las cuerdas, los moscatas, las chapas… llegamos hasta la base de els pous concrecionats.
Por cierto que, el Esquerrà tiene ... seguir leyendo »
El Can Sadurni es un pozo de buenas dimensiones con 75 m de profundidad. Fue, al parecer, la primera cavidad vertical explorada en España con interés espeleológico, en 1897, por Font i Sagué. Su gran boca está dividida por un puente de roca bastante fotogénico.
Abajo nos encontramos, en esta ocasión, un ejemplar de reineta o hyla meridionalis, refugiada del clima invernal, que aguantó sin inmutarse la sesión de fotografía, mirando de forma concienzuda a la cámara. Su paciencia se vió recompensada, pues salió bastante favorecida, a pesar del fogonazo del flash.