Hace un tiempo, mi compañero habitual de esquiadadas, Iñaki, tuvo serios problemas a la hora de calzarse las botas de esquiar en el parking de Astún.
Pese a estar haciendo todos los esfuerzos habidos y por haber, las malditas botas no le entraban. El tiempo pasaba y las botas, que cada vez llevaban más tiempo fuera del coche, como conforme pasaba el tiempo, estaban más frías y por lo tanto más rígidas y más difíciles de calzar.
El sufrimiento en su cara era visible en cada intento. Ya sé que cuanto más quieres que ajusten unas botas de esquí, más difícil va a ser calzarselas. ¿Seguro?
Dándole vueltas a las cosas, me dí cuenta que a mí tambien me costaba un pequeño sufrimiento ponerme la botas. Siempre me causaba problemas que mi talon del pie rozara con la parte interior de la bota al deslizar el pie dentro de ella. Por lo tanto, la solución era cuestión de aumentar el deslizamiento. Esto se hace de una manera muy sencilla:
1) Sacar el botín de dentro de la ... seguir leyendo »