Hacía como dos años que no veníamos a Chulilla. La primera vez que estuvimos vinimos buscando el sector Oasis, en la Pared del Embalse. Todo el mundo hablaba de él. Cantidad de vías nuevas, de buena calidad, bonitas y en un sitio espectacular. Era verdad. Nos gustó. Poco tiempo después, las reseñas salieron publicadas en Desnivel, y la afluencia de gente aumentó considerablemente. Tanto, que la última vez que estuvimos, el aparcamiento estaba a rebosar, igual que el muro...No volvimos. Chulilla se había puesto de moda y tanto asedio nos hecha un poco para atrás.
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Después de pasar un par de celebraciones navideñas con las familias, comenzamos la segunda parte de nuestras vacaciones el día 29, en Reguchillo. Una parada intermedia para que no se nos hiciera tan largo el viaje a Cacín. No conocíamos Cacín. Habíamos oído hablar bien de esta escuela, pero todo lo que se pueda decir de ella se queda corto. El sitio es precioso, tranquilo como pocos, la roca muy buena, la escalada agradable, peleona y exigente. Todas las vías son buenísimas, pero eso sí, muy técnicas. Tendrás que mirar, y mirar, y moverte como sólo tú sabes...
Si pensabas que sabías escalar...date una vuelta por aquí...
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