La pared de Sanetsch fue descubierta a principios de los ochenta por los infatigables hermanos Rémy. Desde entonces se han abierto un gran número de itinerarios. La buena calidad de la roca, dicen que similar a la del Rätikon, la rápida aproximación y el ambiente de alta montaña, bien merecen una visita.
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El día siguiente de la Dibona, amanecimos con unos cuerpos que no eran nuestros. El dolor de piernecitas era especialmente intenso...Sacamos las bicicletas y nos dimos un paseo desde Des Étages hasta La Berarde, o sea, tres minutos escasos de ida y otros tantos de vuelta...Allí compramos un par de guías en una tienda, y nos pusimos a pensar en qué íbamos a hacer al día siguiente.
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Nunca habíamos pensado en escalar en la Dibona, pues en todos los sitios habíamos leído que la masificación en esta aguja era un problema importante. Y es que hay muchas rutas para ascender a su cumbre, pero todas terminan juntándose en los últimos largos. Este año, no sé porqué, decidimos acercarnos a ver que se cocía por allí. Pasamos un día inolvidable.
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