Dice Milan Kundera en "La insoportable levedad del ser": "La vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro."
Hace muchos años, estaba muy de acuerdo con esta frase, con ese rollo de que esta vida no nos sirve de aprendizaje, pues no hay otra segunda vida en la que poner en práctica lo aprendido en ésta.
Hoy me topo con esta frase y ya no me parece que tenga tanto aplomo como cuando la leí por primera vez. Esta vida no es un boceto en el que basarse para una obra posterior más elaborada. Esta vida es ya la obra definitiva absoluta. No es un esbozo a lápiz que podamos borrar. No es un borrador sin cuadro, pues el cuadro es ella misma. Cometemos un error si dejamos resbalar los años tratándolos como si fueran eso, un simple boceto, porque, amigos, no hay una segunda…
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