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El otro da estuve en el museo Dal de Figueres. Figueres, como ciudad, no es ni la mitad de lo que podra ser con semajante perla en su interior. Eso s los cafs a 1,60, eso si que es arte. Entre calles y callejas, ms y menos cuidadas se sita el Teatro-museo Dal.
Se preguntaran que qu hago yo hablando de museos en un sitio como este. Bueno, pues para salir un poco de la fiebre montaera-escaladora y criticar un poco a los que no hacen ms que una cosa. No todo va a ser monte y ms monte. Hay que "desvariar" un poco y ampliar conocimientos. Aunque sea cuando llueve. Si no por inters aunque sea por el hecho de cambiar.
Ir al museo Dal es como ver un video de una ascensin, por ejemplo, al Cerro Torre. Por muy poco que te interese la montaa, la escala o el alpinismo seguro que te quedas con la boca abierta. Si encima te explican un poco las dificultades, te situan histricamente y te cuentan un poco lo que quieren representar, simplemente resulta espectacular. Tanto lo uno, el cerro Torre, como lo otro, Dal. Se convierte interesante y sorprendente. Te podrn gustar ms o menos sus obras pero seguro que no pasan desapercibidas.
Resulta adems, todo est interrelaccionado, que Dal se pasaba horas y horas, das y noches, mirando al mosaico de rocas que forman el Cap de Creus (otra interesante visita en la zona), buscando su inspiracin. Conociendo algo el lugar, y si era el tan inquieto como decan, estoy seguro que anduvo, en algn monento, trepando y destrepando por la zona, aunque slo fuera con el fin de cambiar de perspectiva.
Fu con una amiga a la que le encanta el arte, escaladora bastante buena por cierto, una cosa no quita la otra. El arte le apasiona y sabe de ello. Ella era la quinta vez que iba al museo. Yo la primera. Antes de entrar me dijo: " Con hora y media nos vale, eso de ir a ver un museo y querer verlo entero no tiene el ms mnimo sentido. Hay que disfrutarlo".
Razn no le falta, todo en su justa medida, sin empacharse, pero ni de arte ni de rocas.