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Los das 26, 27 y 28 de junio nos encontramos de nuevo en el fascinante macizo de Les Ecrins.
En esta ocasin nuestra intencin inicial es escalar el impresionante pilier central del Aleifroide NO con sus 1050 m de pared, pero despus de valorar bien las condiciones de la pared y la previsin de das de buen tiempo con los que contamos, nos decidimos por su arista Coste-Rouge, ms corta y con menor compromiso.
La arista de 733 m de desnivel y de dos kilmetros de longitud fue escalada por Mayer y Dibona en el 1913 y an hoy continua siendo una gran clsica. Sus condiciones nivolgicas pueden hacer variar los horarios ya que son varios los corredores que se deben de ascender para su salida a cumbre.
El punto de partida es desde el pueblo de la Brarde -1.700m- para continuar el valle y remontar el glaciar del Coste-Rouge hasta su collado -3.194 m- donde montaremos un vivac en unas terrazas rocosas. Al amanecer comenzamos la escalada por la arista, donde vamos encontrando dificultades de IV y IV+ para ir esquivando las paredes ms complicadas de los gendarmes, contorneando por su cara E. Llegamos a un pequeo collado donde se encuentra un vivac. Ascendemos de nuevo por una aguja y llegamos a la altura del Glaciar suspendido -3.620m-. Continuamos ascendiendo por la arista, neveros y corredores que nos llevan hasta los 3.750 m. Desde aqu observamos varios aludes de fusin y no nos convencen los tramos finales de salida al pico central, ni la bajada por el otro valle que desconocemos- ni las nubes que empiezan a entrar que anuncian el mal tiempo previsto. Decidimos no subir ms para evitar la nieve y descendemos por la misma va de ascenso de la arista. Est tarea se convierte en lenta y complica al no disponer de suficiente material para montar rpeles, por lo que nos obliga a destrepar gran parte de la arista y a volver a remontar las agujas. Nos coge la noche en el collado de los vivacs y pasamos aqu la noche. El da siguiente continuamos el descenso donde ya ms cerca del suelo comenzamos a encadenar algn que otro rpel que vamos montando. Recuperando las cuerdas una piedra secciona una de las cuerdas, por lo que nos obliga a descender menos ms lentamente. Finalmente llegamos al collado despus de un largo ascenso y descenso de esta espectacular arista.
El terreno que nos encontramos en la arista es muy elegante e interesante, aunque algunos flanqueos estn muy descompuestos. En general se desarrolla y se percibe un ambiente de alta montaa impresionante, donde se debern alternar todas las modalidades alpinsticas en roca nieve y hielo.
Josep Cabo i Ciscu