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Cansado ya por el calor de este verano interminable, me voy en busca de aire fresco por las alturas. Lo ms cercano que tengo es el pirineo gerundense, as que para all me dirijo, con la intencin de darme un paseo por el Torreneules. Estas montaas de perfiles redondeados y agradables suben rpido, aunque no lo aparentan, estn ms cerca de los tresmil que de los dosmil.
Mientras vamos subiendo, la niebla empieza a ocupar la parte baja del valle y amenaza con acabar de invadirnos. Si no lo hace es por el fuerte viento que sopla y la mantiene a nivel. Arriba la temperatura ha bajado de forma apreciable, y con el aderezo del viento el ambiente resultante empieza a recordarnos que el invierno se acerca, aunque en la urbe no lo parezca.
Mirando hacia el sur, con el sol de cara y la luz otoal, puedo sacar algunas buenas imgenes del mar de nubes a contraluz. Cualquier poca es mejor que el verano para hacer fotos de paisajes. En la cancula, cuando el sol tiende a la vertical, chafa literalmente los colores y las sombras. Si incide ms horizontal, se realzan los perfiles. El aire, adems, ha limpiado la atmsfera y est libre de calimas.
Esta montaa es una especie de balcn sobre el valle, es la primera ms alta que hay, y la vista es maja. Como siempre, con tiempo apacible parecen enormes praderas inofensivas, pero recuerdo aqu mismo algn suceso de fatales consecuencias por los cambios meteorolgicos. Hace tiempo, dos personas que pasaban la noche aqu arriba en invierno fallecieron por hipotermia y congelacin a causa de la entrada del torb, el viento del norte, a media noche. En principio iban con equipo adecuado, pero el torb acostumbra a ser muy violento y hace caer la temperatura en picado. Lo recuerdo bien porque estaba en el refugio que hay al otro lado de la montaa.