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No es mucho ni fcil de encontrar. Pocos lo conocen y deberan guardar el secreto. Quizs est caducado desde hace unos cientos de aos. Pero sigue siendo hielo de verdad, hielo cristal transparente del que hace clinc clinc en el vaso de tubo.
En pleno verano los neveros han desaparecido casi por completo en el corazn de los Picos de Europa que se quedan resecos como un esqueleto y el agua es prcticamente inexistente pese a estar en una de las zonas ms lluviosas de la Pennsula.
Y todo por su modesta altura, no alcanzan siquiera los 2700 metros, y por su geologa caliza, tan dada a las filtraciones. El espesor de la masa rocosa supera los dos kilmetros desde el fondo de las profundas gargantas que han abierto los ros Sella, Cares, Duje y Deva hasta las cimas de los tres macizos, Cornin, Urrieles y ndara, donde torres, jous y lapiaces forman un paisaje lunar.
Entre estas zonas altas y la capa fretica por donde discurren los ros se desarrolla una de las redes de cavidades subterrneas ms importantes del mundo. Este mismo verano se ha descendido (y no se hace con frecuencia) la Torca del Cerro del Cuevn que con 1589 m. de desarrollo vertical es la sexta ms profunda del mundo y la ms difcil de todas.
La nieve del invierno se acumula en muchas de sus bocas formando simas-nevero que perduran hasta bien entrado el verano. Pero en algunas de ellas el hielo lleva all desde tiempos inmemoriales: son las cuevas de hielo.
Las hay en otras montaas como los Pirineos (la ms famosa la gruta de Casteret en el macizo de Monte Perdido) pero en los Picos de Europa no han sido conocidas hasta hace bien poco. Sorprende que en unas montaas tan modestas y templadas pervivan an en plena cancula estival estos reductos con sus formaciones fsiles de hielo prximas al exterior y a una escasa profundidad de entre -20 y -50 metros.
A da de hoy se conocen medio centenar de cuevas heladas en Picos. Todas son de difcil localizacin y acceso. Y adems se han visto envueltas en un velo de silencio, conscientes quienes las conocan de la fragilidad de ese medio frente a la presin de visitas que recibe el Parque Nacional. Por ello la informacin sobre cuevas heladas como las de Altaiz, Vernica, Hoyos Sengros o Pea Castil es muy escasa y aunque la situacin de alguna ya figura en los ltimos mapas, an as no es fcil encontrarlas en el laberinto de Picos.
La cueva de hielo de Pea Castil es ya, irremediablemente, la ms conocida. Al alcanzar su boca, que se intuye detrs de un pequeo jou, una gran rampa, primero de descompuesta pedrera y luego de nieve, conduce a la sala helada. Pueden venir bien los camprones para bajar, pero especialmente para desplazarse por el interior. Tampoco sobrar una frontal si queremos adentrarnos hasta su rincn ms oscuro, detrs de la gran estalagmita helada.
No se conoce el espesor del suelo de hielo que, transparente como un ro siberiano, parece que se vaya a quebrar con nuestro peso. S se ha medido su superficie y alcanza los 450 metros cuadrados. No parece gran cosa, pero la gran altura de la bveda y la luz que entra desde lo alto a travs de la rampa de hielo, convierte la oscuridad de la cueva en la penumbra de una catedral.
Puede que el hielo del suelo lleve ah mucho tiempo. Quiz no desde la ltima glaciacin, pero s al menos desde la Pequea Edad del Hielo (P.E.H. siglos XIV-XIX), lo que ya es bastante. Sin embargo las estalactitas y estalagmitas de hielo, las columnas y carmbanos son el resultado de la congelacin del agua filtrada.
El mejor momento para visitar la cueva es a finales de primavera o comienzos de verano. Antes no se han formado an las estructuras verticales al no haber filtraciones debido al fro exterior, y ms tarde ya se habrn derrumbado.
Aunque para entonces resultar ms fcil recoger los cubitos para el whisky sin tener que cargar, adems de con los vasos y el ballantines, con un picahielos.