Atencin

Hector Sanmiguel

     

, 01:30

El jardn ms grande- Expe Per 2015

Publicado por Hector Sanmiguel  |  0 comentarios




Creo que me estoy acostumbrando a esta mierda. Rebao cada centmetro cuadrado de la cuchara como si fuera el ltimo suspiro de un helado. No me gusta el fro y tengo las manos y la nariz completamente inertes. En las plantas de los pies slo tengo pinchos. Como estn congelados no siento las punzadas al clavarlos ms en la piel con cada zancada, en el fondo es un ventaja y un alivio. Menos mal que traje protenas en polvo, porque slo he conseguido arroz y a un precio desorbitado. Adquirir alimentos para diez das menos de lo que esperaba, ha sido, an as, quemar el ltimo cartucho que tena de una retirada ms o menos digna de los Andes. No conozco la forma en que voy a regresar al aeropuerto, ya que no tengo ni un duro y aqu todo es factible pagando. La nica cosa que me reconforta es saber que tengo ms de 20 bollos de pan, a menos de 4 cntimos de euro cada uno. Me los raciono para sobrevivir como sea durante 20 das, en el fin de cualquier cosa. A 4400 metros, la vida es un disparate.


Oigo a gente hablar animosamente pero no hay nadie. Mi actitud arrogante hacia la muerte me hace pensar que no me puede pasar nada lo suficientemente malo. Donde otros ya hubieran abandonado permanezco inmvil, con una media sonrisa de confianza en que lo peor todava no ha llegado. Los pjaros cantan y el riachuelo que baa mi tienda mece mis pensamientos. Hace un fro terrible y se me estn poniendo los pies azules. Como arroz a medio cocer para ahorrar combustible. Cada maana el caf fro est peor. Los alimentos se me conservan frescos sin necesidad de frigorfico. Creo que me he cagado. Miro en mis calzoncillos y dejo mis atributos a merced del fro aire andino unos instantes. Falsa alarma. Es la roca que piso la que huele a pedo. No veo vapor de azufre por ningn lado pero la peste es espantosa. Un poco ms adelante una llama tose frente a mi cmara de vdeo. Me mira sabiendo que la voy a retener para siempre en esta tarjeta de memoria. Subo una bonita cima de ms de 5000 metros, la novena de hoy. En la bajada, tambalendome por el cansancio oigo un grito. No presto atencin y creo que ya he pasado la barrera de la alucinacin sin necesidad de drogas. Un paisano sale de unas rocas. Si hubiera tenido un arma lo hubiera disparado. Como no tengo, hablamos acaloradamente. Me produce una sensacin contraria ver su piel curtida y su simplicidad. No da crdito a qu hace un tipo como yo corriendo por las crestas de esos "cerros". Yo no doy crdito a ver a un tipo entre unas rocas a esa altura. Tiene llamas con lazos de colores en las orejas. No quiero que me escupan y me trato de marchar rpido. Nos miramos alejndonos como si cada uno de nosotros hubiese visto un espectro.


Llevo casi diez das sin cagar. Sigo teniendo fro. No puedo articular las manos. Tengo los ojos hinchados y casi no duermo. Estoy como en casa. Gast todo mi dinero en un arroz malo, de esos que se hacen bola. Compr galletas para desayunar y en el primer bocado me doy cuenta de que son saladas. Mierda. Me bebo el caf fro y con sal de las galletas. No sugar. No delicadezas. Un pjaro me lanza trocitos de Queua (Polylepis) por las noches, justo donde tengo apoyada la cabeza.



"Parece que no puedo hacer frente a los hechos. Estoy tenso y nervioso y no puedo descansar. No puedo dormir porque mi cama est en llamas. No me toques, soy un fideo de carne y hueso"- Talking Heads.



Para que volver donde estbamos si te vas a volver a ir.


Los primeros siete das hice actividad cada da, seguidos, picos y ms picos. Ahora he decidido tomarme un da de descanso entre una actividad y otra, es decir, mantener un rgimen de da de descanso, da de actividad. Nunca lo he hecho, pero veo que me voy consumiendo por la altura y cada da voy estando un poco ms cansado. Es normal, vivir a 4400 metros y correr casi cada da por encima de 5000 va gastndote. Tambin duermo raro, las excesivas horas de noche (13-14 horas) me hacen tumbarme pronto pero no dormir; la luz de la maana me despierta agresivamente. Las ojeras consumen mis ojos poco a poco y cada da que pasa noto mis piernas ms delgadas, hasta alcanzar un nivel insano. Casi 20 das, slo, en altura, con poca comida y haciendo actividad a un niel intenso le dejan a uno para el arrastre. En vez de soar con mujeres sedosas y suaves, pienso en un desayuno amplio, con huevos revueltos, churros y tortilla jugosa de patata. La pizza tambin est presente. Noto el olor de la cafetera expidiendo burbujeante caf recin hecho. Sueo con estar muy gordo y juguetn cuando regrese.



ltimo aviso para los que se quieran marchar. Yo me quedo. La Meca me espera y no voy a especular. El siglo XX, con destino hacia ninguna parte. Estoy seguro de que me viste; aunque no parpadeaste.



Tengo la espalda quemada, me palpitan los ojos, mi nariz se est cayendo y tengo la tripa a punto de reventar. Perfecto. Un gran da. Ah! Tambin sub una bonita montaa virgen de 5100 metros. Cada vez tengo ms hambre, aunque cada vez como ms. Seguramente la poca grasa que traje al principio (aproximadamente 6 por cierto) me sirvi como colchn para los primeros das de frugal alimentacin. El racionamiento est increblemente bien hecho para ser yo el que lo organiz. Cuatro galletas y un bollito, un caf sin azcar para desayunar. Un pan y una lata de atn para comer y una racin de noodles son manjares en estas tierras y con estas piernas. A veces cuando no me ve nadie unto mermelada de fresa por encima de las galletas saladas. Placer asqueroso. Nutricin extrema. Observaba arder papeles en ruinas con forma de escritos. Encontrando mi propia voz. Indignado. Indagante. A veces elegante, otras veces slo mugre y drogas. Piel tatuada como verdad de agua. Ojos clavados en mi espalda como cuchillas voladoras. Envidia. Engaos. Traicin. Miedo en todos ellos al fin y al cabo. Creacin. Quiste extirpado. Ingrvido sobre todo y slo con unas piernas y unas zapatillas ligeras. Errores. Errante. Tomahawk? No s que ha sido eso, pero ha sonado a que ha hecho dao. Me retiro de la arista con ms miedo que vergenza. Me tiemblan las piernas. Error de nuevo. Aplastamiento de orgullo. El fracaso mola. Te da un aire superlativo, de superviviente. Puedes decir que era extremadamente difcil o que todo estaba en tu contra. Mierda. Te has echado atrs y punto. No le des ms vueltas. Por miedo, por difcil o porque no estabas preparado, pero nadie ha intentado hacrtelo imposible. Igual que nadie te ha obligado a meterte ah. Justificar fracasos propios en actos y condiciones externas es hacer trampas y te hace ser un perdedor. Tener ms excusas sobre por qu no lo lograste que ideas nuevas y rutas marcadas en una foto te definen como un mediocre y un trepa.



"Era un nio sin futuro y espero que as sea, porque no tengo planes de ir a pescar a costa de la Seguridad Social" M.F.Twight



La arista que he intentado hoy ya se vea difcil para ir corriendo, yendo slo y en zapatillas; para una cordada de escaladores o alpinistas hubiera sido un juego de nios, pero est claro que no jugamos al mismo juego, ni tenemos las mismas reglas. He llegado a unos de los hombros despus de trepar rpido casi una hora, con pasos de III y IV. Me he dado la vuelta. La cada era grande y la placa siguiente expuesta y difcil (probablemente sobre V). Si la subida haba sido brutal, fluida y rpida, a veces la cabeza hace clic y todo se da la vuelta. Una retirada como un nio, a gatas, con las piernas temblando y el sudor corriendo en la mejilla. Fracaso. Con todas las letras y sin un pice de vergenza. Toda la tarde comiendo melocotn en almbar y pan con forma de seta esclarece las ideas y calman el espritu.
No s cuantos gramos de queua he podido ingerir ya. Su corteza se cuela por mi saco, mi bol de comida, mis calzoncillos. Alcanzo un macarrn con el tenedor para llevrmelo a la boca y Plas! Ah hay otro trozo. Cerebro: caloras, altura = ingerir. Creo que a medida que pasa el tiempo me voy haciendo ms violento. Ahora en mis auriculares suena AC/DC, Tool Ayer le hice una peineta a una vaca. Ella me miraba miedosa, yo actu inmisericorde. La msica y el cansancio fueron el combustible, su mirada lasciva la mecha. Ayer so con comer granizado de limn con cuchara tumbado cmodamente en mi sof. Su frescor. La comodidad. Estados alterados de placer. Tengo ganas de volver. Tengo ganas de regresar habiendo dado todo en Per y Patagonia. Quiero volver nuevo.


Con el sonido de cada gota en mi tienda oigo esfumarse mi esperanza, el aire de una ltima cima y mi ego se volatilizan como globos pinchados en una feria de pueblo. Cada una es una pequea bala que me hiere y destroza mi carne. El frente ha entrado de noche, sin avisar y con una fiereza devastadora. Mi tienda est rota. No s cunto tiempo ms aguantar. Slo rezo para que se detenga y le d tiempo a la roca a secarse para maana. Ayer so con que una rata peluda me gritaba detrs de una roca. Curiosamente, yo, no le tena ningn respeto.



Comentarios sobre este Post
0 usuarios han realizado 0 comentarios
    No existen comentarios para este post
Introduce tu comentario
Para introducir un comentario debes identificarte en Barrabes.com. Haz clic aqu para identificarte
Sobre este Blog
Blog creado por Hector Sanmiguel el 15/06/2014

http://hectorsanmiguel.wordpress.com Correr por las montaas como poesa. Cuando una imagen ya no vale ms que mil palabras La estupidez de las cimas slo superada por la estupidez de los valles.


Archivo

Enlaces

ltimos Posts