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Me afecta mucho cuando los que quiero opinan sobre lo que hago. Visitar paises consiste en ver sus ciudades, sus monumentos, sus museos. Es la manera de conocer la historia, la cultura, la identidad de su gente. "El paisaje, las montaas, son iguales en todo el mundo." Pero... s, en serio? Siempre?
Me gusta, me llena, visitar museos etnogrficos o arqueolgicos, templos religiosos y leer de pe a pa la wikipedia y los carteles de los monumentos.
Y sin embargo, muchos de mis mejores momentos de viaje, los que perduran, los he vivido fuera del circuito oficial, en lugares y situaciones que nunca recomienda la gua: la tertulia con el abuelo en su casa a la orilla del lago Nicaragua, por ejemplo; o el t en un pueblo del Atlas; o un amanecer en Chame, Nepal; el kris-kras de los crampones en la oscuridad del glaciar, con las luces de La Paz al fondo; o una playa en Menorca; un batido de fruta en Marrakech; un nuevo amigo, un porrito y el viento en la cara en el tren nocturno hacia Delhi; una hoguera en Crcega; la certeza de que el compaero est al otro lado de la cuerda, perdido en la niebla y colgando del vaco, como yo; las luces del atardecer en el espejo del Jnico; el azul del Adritico; tomar unos Legendarios con el cocinero de Barakaldo en Menorca y llorar con el videoclip de Sinnead O'Connor; las historias del dans en Gokarna; 101 chubasqueros de colores, antes de la tormenta, subiendo en fila hacia los Horcados Rojos; dormir de invitado en la sala de una familia berber; el silencio de la nieve al amanecer, el da de ao nuevo, borracho en Beijing; un bao a la luz de la Luna; la historia del afgano de Swat, rubio y de ojos azules, en la estacin de Islamabad.................