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Principios de enero y an no ha nevado como debera en la Cordillera Cantbrica, lo que es muy extrao en este extremo oriental, en las montaas pasiegas, donde siempre la pluviometra ha sido muy generosa y la innivacin excepcional para su altura.
El mes de diciembre pasado ha sido seco y clido, por lo que las tempranas nevadas del otoo, que nos regalaron los primeros recorridos con esqus por la zona, han desaparecido.
Lo veo desde el mirador acristalado de la posada de la Vieja Escuela de la Concha en la carretera de San Roque al portillo de Lunada.
Parece mentira pero hasta el estrechamiento del valle del Miera donde ahora estoy, a slo quinientos metros de altura, bajaban los hielos durante la ltima glaciacin. Lo atestiguan los circos glaciares bajo el Castro Valnera y el pico de la Miel, las morrenas laterales, las hombreras sobre stas, los bloques errticos.
Es fcil imaginarse desde aqu la lengua del glaciar ocupando las praderas hoy salteadas de cabaas y yendo a morir crujiente delante de mis ojos.
Pero eso fue hace unos cuantos miles de aos.