Son las 6 de la maana, el fro es intenssimo, el viento sopla suave y solo oigo mi respiracin acelerada intentando meter en mis pulmones la mayor cantidad de aire posible que me permita dar el siguiente paso. El camino es suave pero ascendente. La luz comienza a iluminar en el horizonte, grandes paredes de hielo aparecen bordeando el camino. Al fondo se ven unas maderas clavadas a unos postes y unas letras amarillas, estn cerca, parece la cima, unos pasos ms Eran las 12 y media cuando nos han despertado, haba dormido o ms bien dormitado con un sueo inquieto, entre un cierto malestar de cabeza y nervios, muchos nervios, como siempre que se est en vsperas de ascender a una cima. El fro era intenso, costaba moverse sin jadear, pero haba que abandonar el calor del saco de plumas. A mi alrededor vea sombras que tambin se movan torpemente en el refugio de Kibo (4.600 m), encendiendo y apagando las linternas frontales. El zafarrancho se haba iniciado. Era la hora de salir hacia ... seguir leyendo »