Lima persiste y no desiste en su ímpetu por ser, probablemente la ciudad con menos días de sol al año. Samuel tan amigable y humilde como siempre viene a recogernos al aeropuerto. Tengo muchísimas ganas de llegar ya y de volver a verlo. Ya que cuando me fui la ultima vez de Perú, dije lo que se suele decir siempre "volveré, seguro que nos volvemos a ver". Ahora estas palabras se han cumplido y estoy de vuelta.
Taty nos aloja en su casa, tan hospitalaria como siempre, las costumbres no cambian. Vamos a cenar y no veas como cenamos. Comemos una buena Causa (ensaladilla rusa mejorada), un lomo salteado y un cerdo empanado. Brutal, todo bien acompañadito de raíces, plátano frito, aguacate, arroz y verduras.
Al día siguiente Samuél nos lleva a escalar con su amigo Francisco a Las viñas, un lugar que no destaca por su belleza si no por su ubicación. Escapando de la nube de niebla que cubre Lima se encuentra este cerro.
El camino asciende con mucho desnivel y llega a un muro ... seguir leyendo »