Hace unos siete años, con el dinero que ganamos cosechando patatas en una granja de Noruega, mi amigo Dani y yo compramos un par de bicicletas de segunda mano. Con un carricoche de bebé que encontramos en la basura y un poco de ingenio construimos un carrito que enganchamos a una de nuestras bicis y sobre él colocamos todas nuestras pertenencias. La idea era viajar pedaleando desde las afueras de Oslo hasta Estocolmo y luego ya se vería… Molaría llegar a Madrid pedaleando con el carrito o venderlas por el camino y continuar viaje. Fue uno de los viajes más absurdos que he hecho en mi vida, pero la ecuación absurdo más buen rollo igual a diversión funciona. Para empezar, a partir de octubre en Noruega está todo absolutamente cerrado y llueve constantemente. Recuerdo que todos los lugares donde parábamos estaban cerrados a cal y canto y la respuesta que encontrábamos en todo establecimiento era: ¡Out of season!
También recuerdo un camping donde nos dejaron dormir y secarnos en una chimenea ... seguir leyendo »