"Por tercera vez vamos a enfrentarnos con la grandiosa pared sur-este del Firé, el que contemplamos en aquel amanecer del día del Pilar flotando sobre el mar de nubes, lo que contribuye a darle un aspecto más impresionante si cabe.
Con Navarro de compañero de cordada avanzamos hacia el coloso que se yergue con una vertiginosa verticalidad dominando esbelto las laderas circundantes.
Hemos preparado nuestro equipo a base de bien y en la "intendencia" incluimos un pollo con el que celebraremos el día, observando que, como el vino, también gana con la altura.
Sumamos a la pesada impedimenta, aparte de la cámara fotográfica, un tomavistas con buen surtido de película, con la que pensamos "filmar" los pasos más interesantes.
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