Pocos madrileños miran más allá del sklyline de las cuatro torres de Castellana por ver si al norte y entre la nube de contaminación se intuye la Sierra.
Los que lo hacen, seguro saben que esas montañas están definitivamente protegidas desde 2013 como Parque Nacional.
Ya era hora pasado un siglo desde la promulgación de la primera Ley de Parques que se materializó al poco en los de Covadonga y Ordesa, todos parques de montaña (algo tendrá el agua cuando la bendicen).
Pero de aquellos que con frecuencia suben a caminar por Siete Picos, a escalar a la Pedriza o a esquiar en Peñalara, la mayoría desconoce que, ya antes, esas pequeñas montañas azules en el horizonte fueron el espacio natural ideal de los intelectuales de la Institución Libre de Enseñanza, empeñados en la empresa imposible de renovar la educación de este país. Su fundador, Giner de los Ríos, fue al Guadarrama lo que Rousseau a los Alpes.
Quizás alguien de estos últimos sepa que ... seguir leyendo »