En 1817, cuando como ahora el verano llegaba a su fin, se conquistaba la que parecía ser la montaña más alta del Pirineo, la Maladeta. Resultó que no lo era, pero todavía hoy da nombre a todo el macizo y es la hermana mala y desgraciada del Aneto. Mala, por la leyenda piadosa que rodea su nombre, y desgraciada por el dramático fin del quien se atrevió a ascenderla por primera vez hace ya dos siglos.
Al menos desde el siglo XVI se hablaba de la maldición de la montaña a resultas de la falta de hospitalidad de unos pastores que un día de tormenta rechazaron de su cabaña a un andrajoso que acudió pidiendo cobijo. Resultando ser el mismísimo Cristo disfrazado, maldijo a aquellas gentes, a sus rebaños y a sus pastos, que quedaron convertidos en estériles montones de rocas y hielos.
O eso creían los habitantes de la vertiente norte de la cordillera, incluidos los araneses que también están de ese lado.
Sin embargo al sur, los benasqueses seguían llamando desde mucho antes ... seguir leyendo »