Otra vez. Después de una semana recorriendo a pie el desconocido (para los europeos) Alto Atlas Occidental marroquí, necesitábamos salir ya a la carretera de Agadir para regresar a Marrakech. Lo hicimos en la caja de un camión que transportaba trabajadores para la construcción de una pista de montaña.
A veces, todo un largo viaje se resume en una sola fotografía.
A pesar de su modesta altura, Turbón es la gran montaña de la Ribagorza. Con sólo 2.492 m., su mole preside las Sierras Interiores como un Kilimanjaro visto desde el Somontano. Para los montañeses de los valles del Ésera y del Isábena, sus torreones rocosos poblados de gigantes, brujas y encantarias han concentrado desde siempre las peores tormentas; que eso significa su sonoro nombre.
Así ha sido en este largo invierno y hasta bien entrada la primavera. La montaña aún sigue cargada de nieve a pesar de que su solitaria proa de caliza avanza decidida hacia el soleado sur. A su estela quedan los grandes del Pirineo disputándose otro protagonismo.
Del Hospital de Benasque hacia arriba, las multitudes salen de sus coches con los esquís en los pies y serpentean como hormigas a las cumbres de siempre agotando otra temporada.
Sin embargo, desde Selva Pllana, en La Muria (la aldea más recóndita del Pirineo) hay que portear hasta salir del bosque, (esto es esquí de ... seguir leyendo »