Desde la cumbre del Gilbo, el pequeño Cervino, el pico más bello y esbelto de la montaña oriental leonesa, a vista de pájaro, el panorama a mis pies no puede ser más espectacular en esta cálida primavera que ha derretido prematuramente las nieves de la Cordillera y, a cambio, ha llenado el embalse de Riaño que extiende sus múltiples brazos de agua hacia Burón, Vegacerneja, Boca de Huérgano, Carande, Horcadas.
Lo dicho, la vista es espectacular pero no sé si hermosa.
Porque estos recovecos de agua no son los "fiordos leoneses" como se decía el pasado 29 de mayo en el reportaje de España Directo de RTVE. Son valles anegados por las aguas desde 1988, sentenciados con la construcción de la presa desde 1965, amenazados por un proyecto hidráulico desde principios del siglo pasado.
No, aunque lo parezcan, no son fiordos, porque bajo esas aguas "había gente", decía el ... seguir leyendo »