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Este Cronista ya ha repetido hasta la saciedad que los somatenes de La Cosa suelen tener la rara virtud de hacer lo fcil difcil. Podra decirse que, siempre huyendo de caminos trillados, por qu aventurarse por un camino liviano, pudiendo escoger una alternativa complicada?
Y eso es lo que hicimos anoche: en lugar de acudir con el gento a la atalaya sugerida por Fx+A para contemplar el fenmeno astronmico por un camino moderado y razonable, intentamos abordarla por una ruta (casi) imposible. Eso s, aunque araados y magullados, lo pasamos estupendamente.
La idea surgi de improviso, tanto que apenas pudimos sino hacer una convocatoria apresurada, prcticamente boca a boca. Fx+A propuso subir al Cerro de San Pedro, para observar el eclipse lunar. Pretenda repetir el itinerario que, en primavera, haban hecho SQ y l, como miembros del Equipo A, grupo hermano (o primo) de fechoras de La Cosa, aunque a otro nivel, por supuesto.
Ya de camino vimos que la idea era compartida por decenas (si no centenares) de excursionistas que abordaban el cerro por la cara W hacia el Cerro de la Prestancia, pero nosotros lo haramos por la cara N, por la va pecuaria que sigue el curso del Arroyo de la Cerca de la Sosa.
Empezamos a caminar a las nueve y diez, an con luz suficiente, por una pista ascendente, que "en algn punto" (Fx+A dixit) haba que abandonar para seguir por un sendero. En realidad, como pudo comprobar este Cronista al consultar los mapas, deberamos progresar por el denominado Cordel de las Merinas. Cuando llegamos al punto donde debamos tomarlo, ya haba cado la noche, y ni senda ni cordel: el abandono de la trashumancia y las lluvias primaverales que han favorecido la proliferacin de maleza incontrolada han borrado cualquier rastro. Si le aadimos la nocturnidad, podemos imaginar lo que pudo ser (y fue).
Cuando conseguimos llegar al cordal previo al cerrete que antecede al propio San Pedro, en una cerca de piedra ya vimos la luna, en la umbra, naturalmente: eran las once menos cuarto Habamos empleado 35 minutos para recorrer 565 metros y 130 metros de desnivel!. Naturalmente, ms solos que la una (nuestro grado de enajenacin no es nada comn).
All decidimos asentar nuestros reales y renunciar al Cerro de San Pedro, an a un km de nosotros cuya silueta se recortaba en la noche. Disfrutamos del espectculo y de nuestra cena, y volvimos por donde mejor pudimos, gracias a la tecnologa navegadora hasta la pista, culminando la ruta pasada la una de la madrugada.
Casa uno volvi a su hogar a restaas las heridas y a gozar de un merecido descanso. La aventura es la aventura, y que no decaiga nunca en La Cosa.