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Una parte de la energa y la actividad del aficionado a la espeleologa se dedica a la bsqueda de nuevas cavidades. En nuestro entorno, muy humanizado, las entradas a cuevas y simas ms evidentes han sido conocidas desde tiempo atrs.
Ahora, para poder encontrar alguna cosa nueva, o has de buscar posibles continuaciones en cavidades ya exploradas, levantando con frecuencia la vista y los potentes leds hacia el techo en vez de mirar al suelo, o has de buscar aquellos accesos que, por su ubicacin o por sus caractersticas, han pasado desapercibidos.
Cuando haces prospeccin, empiezas a mirar los sitios donde hay algunas probabilidades de encontrar algo, claro. Una dolina, una diaclasa, el antiguo thalweg de una riera la fracturacin del terreno y los cursos de agua son los ejes ms importantes que han de guiar nuestra recerca.
Recientemente me he dedicado un poco al rastreo de nuevas posibilidades. Un agujero que sali a la luz en el fondo de una pequea dolina al levantar una piedra dio lugar a un proyecto de sima an inconcluso. La desobstruccin es un requisito con frecuencia imprescindible.
En otro lugar, una gran diaclasa que atraviesa una pared, un cingle, y que coincide con un pequeo torrente, tena al parecer un agujero oscuro que prometa alguna cosa. El agujero est colgado en medio de una pared fuertemente extraplomada de 100 metros, lo que nos oblig a realizar un gran pndulo para poder llegar. Mientras mi colega se columpiaba con energa, las trmicas que ascendan por el acantilado le desviaban la cascada del torrente haca l de forma aleatoria, dndole una buena ducha, con arco iris includo. Todo un espectculo desde mi puesto de observacin, un parabolt al principio del extraplomo con un patio impresionante.
De momento los resultados no son evidentes, pero todo llegar. Por lo menos puedo colgar alguna foto curiosa.