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3-8 de Abril, Benasque.
4:00 A.M. Suena el despertador. Desayuno rpido y rumbo al Hospital de Benasque. Por el camino descubrimos que no somos los nicos a los que nos gusta la noche: un tejn, dos corzos y una liebre nos recuerdan que la noche tiene mucho ambiente en la montaa
Despus de un invierno en el que no hemos podido esquiar todo lo que hubiramos deseado se nos presenta una ocasin perfecta para acabar la temporada (o quiz no) de una manera insuperable: unos das en Benasque disfrutando de las cumbres del pirineo central.
La primavera ha irrumpido con fuerza en las montaas. Los contrastes son enormes: mientras en altura y en las orientaciones adecuadas queda una buena cantidad de nieve, en cotas bajas y laderas soleadas la primavera ha ganado la partida. En las inmediaciones de Cerler grandes avalanchas de nieve hmeda nos recuerdan la necesidad de madrugar. En estas condiciones el macizo de las Maladetas es una apuesta segura. Ascendemos Aneto y Maladeta Oriental y disfrutamos de la soledad y las buenas condiciones de la nieve. Salimos y volvemos con los esqus puestos desde el Hospital de Benasque. En los descensos un poco de costra los primeros metros, "mantequilla" muy disfrutona la mayor parte y nieve hmeda y pesada en los tramos bajos.
La visin del macizo desde la cima de la Maladeta Oriental es un espectculo nico, sobresaliendo la magnfica cara NE del pico Maldito.
Nuestro paso por las montaas es fugaz pero altamente inspirador. Sin embargo, los verdaderos habitantes de las altas cumbres, autnticos guardianes espirituales del entorno en el que viven, son otros y nos recuerdan con su sola presencia que la inmensa belleza del lugar es habitada por preciosas criaturas. Su sola presencia debe hacernos tratar las montaas con inmenso respeto, sin dejar rastro de nuestro paso y sin molestar a sus guardianes una pareja de perdices nivales y varios gorriones alpinos nos lo han pedido