Atencin

Las montaas como pretexto

     

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HISTORIAS DE MONTAA

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Camino del valle de Benasque

La N-260 entre Ansa y Campo salva las ltimas estribaciones de la Sierra Ferrera por el alto de Foradada del Toscar conectando los valles del Cinca y el sera.
Cuando desde mi destierro vital en el brumoso Cantbrico regreso a la tierra de mi infancia al pasar por Arro -donde mi padre fue maestro y bajaba en bici cada semana desde Castejn de Sos-, sus magnficas casas con torreones cilndricos me recuerdan que estoy a punto de salir del histrico condado de Sobrarbe para entrar en el de Ribagorza.
Antes de coronar el alto con sus poco ms de mil metros ver una vez ms a mi derecha el extrao monumento formado por un apilamiento de picas y lanzas gigantescas como para hacer con ellas una hoguera fallera. Lo he visto decenas de veces... Como lo ven a diario cientos de conductores, miles en verano, que sin un miserable aparcadero a mano que les permita apearse y leer el tablero explicativo, siguen viaje sin saber qu hace all ese montn de chatarra. Yo s lo s y, con vuestro permiso, os lo cuento.

Tenemos que remontarnos al s. XI, cuando el Califato de Crdoba, que a la fecha an controlaba toda la pennsula hasta las estribaciones montaosas del norte, se desmembr en numerosos y rivales reinos de Taifas. Los pequeos y acorralados enclaves cristianos, desde la Cordillera Cantbrica a los Pirineos, pudieron empezar entonces a organizarse mejor; pero ni lo hicieron tanto, ni superaron sus disensiones internas, ni se obsesionaron con lo que mucho despus algunos llamaran Reconquista.
Centrndonos en el Pirineo de Huesca, los valles de los ros Noguera Ribagorzana, Isbena y sera (Ribagorza), los del Cinca y Ara (Sobrarbe) y los del Gllego, Aragn, Aragn Subordn y Veral (Aragn) slo haban sido primitivos condados vinculados a Francia, hasta que cayeron en el s. X bajo la rbita del reino de Pamplona.
Cuando en 1035 muri el rey navarro Sancho III el Mayor, como muestra de lo antes dicho, reparti sus dominios entre sus malavenidos hijos y, en lo que toca a estas montaas, Ramiro recibi Aragn y Gonzalo Sobrarbe y Ribagorza ya con el ttulo de reyes o algo as. A partir de aqu nos sumergimos en las procelosas aguas de la "Crnica de San Juan de la Pea" que, escrita tres siglos despus de estos hechos, describe su dudoso desenlace.

Cerca de donde est el monumento en el verano de 1045 en el puente de Moncls sobre el barranco de la Usa, Gonzalo fue asesinado de una lanzada por la espalda por su ayudante Ramonet durante una partida de caza. El beneficiario de esta muerte fue su hermano Ramiro que termin de configurar el reino de Aragn con los tres condados.
El citado haz de lanzas rememora este hecho legendario que, casualidad, aconteci justo en el lmite entre Sobrarbe y Ribagorza. Aunque parece ms plausible segn investigaciones serias, pero menos lucido, que Gonzalo, de natural dbil y enfermizo, no pisara nunca sus dominios y que muriera prematuramente en Njera. Aunque el resultado fue el mismo.

Este monumento lo firma el escultor de origen irlands y asentado en Zaragoza, Frank Norton. Algunas otras obras suyas nos pueden sorprender en las carreteras por las que nos acercamos a esta parte del Pirineo: la dinmica, violenta y dramtica escena de san Jorge y el Dragn a la salida de Huesca en direccin a Monreps, tambin aqu el Rey Medieval con el castillo de Montearagn de fondo, o el Caballo rampante de Jaca smbolo del nacimiento de Aragn en esa tierra, o los Arqueros de Olvena en alusin a la presencia prehistrica en ese desfiladero del sera.

Gonzalo fue enterrado aqu al lado, en el monasterio de san Victorin, a 1200 m. de altitud al pie de la sierra Ferrera, hoy cerca de la localidad de Los Molinos.

La sierra Ferrera, con la que arrancaban estas lneas, es una larga alineacin que parece un reptil serpenteante mojndose la cola en el sera y la cabeza, en la Pea Montaesa (2.295 m.) asomando sobre el Cinca. Su espinazo est jalonado de cotas que rondan o superan los dosmil metros (Tozal de Selva Plana 2.169 m. Tozal de la Forquiella 2.165 m. Los Ixarruegos 2.121 m.) Pero lo ms llamativo de esta muralla es, bien visible desde la carretera N-260, la faja de la Estiba, un gran escaln herboso que recorre toda su ladera sur a media altura.
Hasta finales del pasado siglo, all viva gran parte del ao Jos Castilln Peiret con sus rebaos. Junto a su hermana Pilar fueron los ltimos vecinos de La Mula, aldea a los pies de la sierra, cercana a las ruinas del monasterio de san Victorin. Su peripecia crepuscular est melanclicamente testimoniada en el libro Jos, un hombre de los Pirineos. Nunca supo nada de reyes y traiciones, ni maldita la falta que le haca. Severino Pallaruelo, el autor, escribi "Todo se va asilvestrando. El hombre que domin el territorio est en retirada, se encuentra viejo, y no puede con todo. Y la naturaleza vuelve a retomar lo que fue suyo".



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Blog creado por Snaefells el 21/04/2015

Para quienes estn un poco cansados de tanta fotografa y resea tcnica.


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